Es evidente ver en la actualidad, hay muchas de las personas que sean dicho que las iglesias no denominadas en las entidades protestante, han acusado o mal tratado a las personas que tiene atracción por el mismo sexo, acusándolos por su condenación perpetua en el infierno o llamándolo pecadores o mostrándoselo por la Biblia.
¿Pero la Iglesia Católica, en la actualidad ha evadido en este asunto?
En muchos de los países latinos américas, han protestante en contra de la Iglesia Católica, porque no le han dado el derecho de casar a los homosexuales por la Iglesia, teniendo los sagrados sacramentos. Y eso ha llevado que muchos estén disgusto contra la Iglesia madre de Jesús. Sabemos que Dios habla en su Palabra en:
1 Corintio 6, 9- 10 ¿No saben ustedes que los que cometen pecados no tendrán parte en el Reino de los Cielos? No se dejen engañar, pues en el Reino de Dios no tendrán parte lo que se entregan a la prostitución ni los idolatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni lo que roban, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los ladrones.
La Iglesia toma el asunto demasiado serio sobre al respecto de esta cita bíblica que habla a los cuales que practiquen esto, no entraran en el Reino de Dios. Pero igualmente la Iglesia ha considerado que todo lo que se diga y este escrito en las Sagradas Escrituras se tienen que cumplirse y respectar porque es palabra de Dios. Pero esto no lleva que la Iglesia condene o mal trate a las personas que son Homosexuales, o practique estas cosas, recordemos que Jesús nos dice: Ámense los unos a los otros, como yo le he amado Juan 13, 34 y esto nos recuerda que hay que tener compasión, ternura y sobre todo misericordia ante el prójimo incluyendo a las personas de la comunidad LGBT. Dios mismo quiere misericordia y arrepentimiento de cada uno de nuestros pecados, y es por eso que El, nos dejó el santísimo sacramento de la Reconciliación, sacramento en donde nosotros nos reconciliamos ante Dios pidiendo perdón y obteniendo su gracia de amor.
La Iglesia no condena a los homosexuales pero si condena el pecado, esto quiere decir que la Iglesia junto con la cita bíblica que habla en primera de corintio; condena a esos pecados que hacen que la persona entre y se pierda en los caminos de Dios pero no al pecador. Obviamente que también al pecador pero si no se arrepiente y tiene su conversión con Dios. La madre Iglesia cubre y acoge a los homosexuales para que puedan encontrarse y tener un amor y relación íntima con Dios, un homosexual puede servir, amar a Dios y practicar la fe cristiana, buscándolo íntimamente y procurando en no entrar al pecado. Porque todo lo que entra en el pecado no hace que una persona pueda conocer a Dios, y si no conocemos a Dios, entonces no conoceremos su gracia y amor. Y para eso es que Jesucristo, dejo a su Iglesia, para que por medio de ella pudiéramos conocerlo y amarlo.
Porque a gracias del pecado, es que hace y lleva a las persona a la perpetua condenación y sobre todo en no hallar el amor de Dios y su paz, es también que hace que Dios aborrezca cada uno de esos pecados, que son lo que hace separar a las personas de su presencia. El Catecismo de la Iglesia Católica en el Numeral 2357, 2358 Y 2359 dice:
Castidad y homosexualidad
2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
Esto específica que todos los homosexuales cristianos o también todo los que son bautizado en la gracia y función del Espíritu Santo, tiene que vivir la castidad como amplio don atraído de Dios, para así poder vivir una vida casta y santa para poder habitar en la gloria de Dios que el mismo nos promete. La Iglesia trata siempre de dar de todo lo mejor del respecto y sobre todo en la bondad del amor de Dios y en las virtudes cristianas, en acoger y sobre todo tener amistad de respecto ante la persona que es perteneciente a la comunidad LGTB.
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